«Piedra espesa funciona como un cielo nocturno vertical y divisorio, un cielo que no es sólo pantalla sino escultura; masa rígida que empieza a transitar hacia lo líquido con la intención de cubrirnos de noche a todos nosotros.»
Guillermo Mora
Recuerdo ver en Pompeya un manto de lava que cubría cuerpos y objetos. Pienso también en la noche como un manto que llega y nos cubre. La noche puede ser etérea, pero también densa, magmática, como una cortina que oscila entre lo blando y lo duro, entre lo rígido y lo espeso.
Levantándose desde el suelo hasta tocar el techo del museo, Piedra espesa funciona como un cielo nocturno vertical y divisorio, un cielo que no es sólo pantalla sino escultura; masa rígida que empieza a transitar hacia lo líquido con la intención de cubrirnos de noche a todos nosotros.